El capitán Lucio y su equipo se adentraron en la jungla mientras los perseguían, hasta que se hizo el silencio... Los marines aminoraron la marcha, pues tanta tranquilidad no auguraba nada bueno...
*Si no recuerdas el inicio de la campaña, aquí os dejamos Ángeles en la oscuridad I
—No bajéis la guardia, están ahí. Puedo sentirlo —dijo Lucio.
El equipo avanzaba con cautela. Los tiranidos no podían haber desaparecido sin motivo. Entonces...
—¡Fuego! —ordenó Lucio, mientras Zargo comenzaba con las letanías.
Los exploradores desembarcaron de su landspeeder y acompañaron a Zargo hacia el combate mientras sus hermanos los cubrían bajo fuego de bolter, que acababa con algunos de los genestealers.
—¡Están llegando! —alertó otro de los marines.
—¡Desgarradlos con vuestras espadas! —gritó Zargo.
Con el fervor inspirado por su capellán, los marines respondieron y acabaron con los tiránidos que se acercaron demasiado, aunque algunos astartes no vivirían para contarlo.
—¡Seguid disparando! —ordenó Lucio.
Mientras los genestealers caían, su líder, protegido por una nube de miasma que expulsaba el Malantropo, alcanzó a Zargo, y unos devoradores rodearon a los exploradores que lo acompañaban.
—No sera fácil, monstruo —dijo Zargo mientras encaraba al Líder de progenie.
El Lider de progenie era un rival poderoso, mucho mas que cualquier genestealer común. Sus garras podían atravesar fácilmente una armadura de exterminador y pese a su tamaño, tenia la velocidad de un eldar.
Mientras, Lucio y los tácticos supervivientes corrían a apoyar a Zargo, pues el enemigo al que se enfrentaba era mas de lo que podía combatir. Cuando llegaron, Zargo yacía herido en el suelo, pero antes de que le asestara el golpe final, Lucio intervino heroicamente, salvando su vida.
—¡No acabarás con el! —gritó Lucio mientras se interponía entre Zargo y las afiladas garras del Lider.
Un grito desgarrador cruzó la jungla, pues el Lider de progenie estaba herido y no había podido acabar con el capellán.
Mientras ocurría el sangriento combate, un lictor apareció de la nada, asaltando al landspeeder que cubría al resto del equipo.
Rápidamente, el landspeeder se retiró de la zona, y el lictor decidió ir a por otro objetivo. Finalmente, el Líder de progenie fue aplastado por un puño de combate, no sin antes llevarse a otros 3 marines con él.
—¡Aguantad! ¡Ya quedan pocos! —gritó Lucio mientras el Malantropo cargaba a sus tropas.
El Malantropo era una criatura de pesadilla, y su veneno era tan fuerte que ni tan siquiera un astartes podía sobrevivir mucho tiempo expuesto a el. Así, cuando su capitán los alcanzó y acabó con el monstruo, ninguna servoarmadura había sobrevivido. Ahora solo quedaba el lictor.
—Capitán, ha desaparecido —dijo uno de los exploradores.
Las escamas del lictor le permitían mimetizarse hasta hacerse prácticamente invisible. Cuando volvía a estar a la vista, ya era demasiado tarde...
—¡Al suelo! —dijo Lucio. Pero antes de que pudieran darse cuenta, el Lictor estaba encima de ellos y acabo con casi toda la escuadra.
—¡Maldito seas,escoria! —bramó Lucio con furia. Su sangre ardía, pues muchos de sus hermanos habían caído—. No permitiré que nadie mas caiga hoy —dijo mientras asestaba el golpe certero que atravesó al lictor, acabando con su vida.
—¡Zargo! —gritó Lucio, al tiempo que se dirigía al capellán.
—Lucio, ¿hemos ganado? —preguntó Zargo.
—No hermano, apenas hemos sobrevivido. Esto no ha sido una victoria, ha sido una masacre. Vamos —dijo Lucio mientras le ayudaba a levantarse—, debemos llegar al punto de extracción.
Lo cargaron en el landspeeder, y fueron al punto de extracción. La próxima vez, estarían preparados...
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